Parrillas de hierro fundido: Cuales son sus beneficios?

Las parrillas de hierro fundido se han utilizado durante miles de años. Se hizo por primera vez en China durante el siglo IV antes de Cristo y más tarde se extendió a Inglaterra en el siglo XII, para popularizarse en los Estados Unidos durante el siglo XVIII.

El proceso de fabricación de sartenes, ollas y parrillas de hierro  fundido no ha cambiado mucho a lo largo de los últimos años: el metal se funde a una temperatura altísima, mayor a 1500 C° lo que les da una excelente capacidad de resistir muy altas temperaturas y ser prácticamente indestructibles.

Razones para usar sartenes y parrillas de hierro fundido:

Antiadherentes

Los sartenes  y parrillas de hierro fundido tienen mucha mayor capacidad antiadherente que el teflón o la cerámica, siempre y cuando hayan tenido un correcto proceso de curado antes de sus primeros usos.

Fácil de limpiar

Puedes limpiar el hierro fundido muy fácilmente. Los alimentos pueden eliminarse rápidamente de la superficie y puedes hacer esto sin jabón ni detergentes ya que el empleo de estos productos de limpieza pueden erosionar el material.

Beneficios para la salud

Comer alimentos cocinados en ollas de hierro fundido puede aumentar tu ingesta de hierro. El hierro es esencial para mantener los niveles de energía y también ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.

Se puede usar en cualquier fuente de calor

Las herramientas de hierro fundido se pueden utilizar sobre cualquier fuente de calor (cocinas eléctricas, cocinas de gas y de inducción, horno y parrilla, siempre y cuando no tengan mangos u otras partes de plástico o madera.

Resistente

Los utensilios de hierro fundido no se suelen rayar, pero es mejor usar cucharas de madera o de silicona, siempre tratándolas con cuidado y procurando no arañar la superficie que está en contacto con la comida. Sin embargo, la realidad es que son prácticamente indestructibles, para toda la vida, si las usas de forma normal.

Consejos para limpiar y guardar los sartenes y parrillas de hierro fundido:

Evitar usar detergentes y productos químicos para su limpieza. La manera adecuada es lavarlos con agua y secarlos muy bien, y antes de guardarlos aplicarles con una servilleta de papel una delgada película de aceite para que se mantenga en óptimas condiciones para su posterior uso. Repetir este proceso los 5 primeros usos y extenderás su vida útil por muchos años.