El mantenimiento de las instalaciones o equipos de aire acondicionado, igual que en cualquier otro tipo, es una actividad que permite el funcionamiento óptimo y eficiente, y que se orienta a conseguir las temperaturas deseadas a un costo asumible. Además, cuando se realiza un buen programa de mantenimiento se consigue una anticipación a las posibles averías que pudieran aparecer por el desgaste y deterioro de piezas o mecanismos y a reducir las paradas no previstas por fallos de los equipos.
Pautas para el mantenimiento del aire acondicionado
Es importante prestar la debida atención a los equipos que nos permiten soportar las altas temperaturas en los centros de trabajo o en viviendas. Hay que tener que cuenta que el Reglamento de Instalaciones Térmicas contiene una instrucción técnica dedicada casi exclusivamente a las tareas de mantenimiento de los equipos de aire acondicionado, que vamos a ver para no perdernos nada.
Según el reglamento, las tareas de mantenimiento mínimas que deben llevarse a cabo según la potencia de los equipos y el destino o ubicación son las siguientes:
Viviendas: Potencia térmica menor de 12 kW: Cada 4 años.
Otros locales: Potencia térmica menor de 12 kW: Cada 2 años.
Viviendas: Potencia térmica entre 12 y 70 kW: Cada 2 años.
Locales: Potencia térmica entre 12 y 70 kW: Cada año.
Locales: Potencia térmica mayor de 70 kW: Cada mes.
Las tareas de mantenimiento de los equipos están recogidas en el Manual de uso y mantenimiento, pero este documento no siempre existe o se encuentra a disposición del propietario de la instalación o de la empresa responsable del mantenimiento, por eso también es importante conocerlas.
Por eso, el reglamento de instalaciones térmicas recoge las operaciones mínimas que debe llevarse a cabo dentro de ese programa de mantenimiento preventivo:
Limpieza de los evaporadores
Limpieza de los condensadores
Drenaje, limpieza y tratamiento del circuito de torres de refrigeración
Comprobación de la estanquidad y niveles de refrigerante y aceite en equipos frigoríficos
Revisión y limpieza de filtros de aire
Revisión de aparatos de humectación y enfriamiento evaporativo
Revisión y limpieza de aparatos de recuperación de calor
Revisión de unidades terminales agua aire
Revisión de unidades terminales de distribución de aire
Revisión y limpieza de unidades de impulsión y retorno de aire
Revisión de equipos autónomos.
En estas tareas hay cuatro aspectos de especial relevancia:
Limpieza de filtros. Para conseguir mantener los caudales de diseño en los distintos conductos. Unos filtros sucios obstruyen el paso del aire haciendo que la máquina funcione de forma forzada, lo que reduce la duración de la máquina y hace que consuma mucha más energía eléctrica para funcionar. Por ello será importante mantenerlos limpios en todo momento.
Limpieza de ventiladores. Los equipos que impulsan los distintos caudales de aire suelen acumular grandes cantidades de polvo y suciedad que deben ser eliminados de forma periódica.
Nivel del gas refrigerante. Los gases utilizados por los equipos de aire acondicionado van perdiendo presión por pequeñas fugas que pueden ocasionar pérdidas de producto significativas. Es importante recargar el refrigerante perdido cuando sea necesario, porque cuando los equipos pierden refrigerante no pueden aprovechar toda su capacidad de producción de frío/calor, y necesitan consumir más electricidad que si trabajasen con la cantidad de refrigerante correcta.
Instalación eléctrica. La instalación de abastecimiento y los circuitos internos precisan un mantenimiento adecuado para evitar derivaciones o cortocircuitos que puedan deteriorar el equipo u ocasionar otros problemas al resto de dispositivos o instalaciones.