Curar las parrillas de hierro fundido es un proceso que debe realizar de inmediato una vez que se arma la parrilla, antes de guardarla hasta la próxima temporada (no es que lo haga, porque “¿quién no utiliza la parrilla durante todo el año?”) y al menos cada cuatro meses aproximadamente. Debería ser parte de su rutina de mantenimiento de la parrilla.
Curar la parrilla de hierro fundido evitará que los alimentos se adhieran, que las rejillas se oxiden, que se acumule suciedad, lo que facilita la eliminación de suciedad acumulada, y extiende la vida de la parrilla. En términos generales, no podemos poner énfasis en lo importante que es curar las rejillas del modo adecuado.
Cuidar de las parrillas de hierro fundido
Al igual que su sartén preferida, las parrillas de hierro fundido proporcionan una superficie antiadherente para cocinar si están bien curadas y cuidadas. Mantenerlas de forma adecuada es fácil y debe hacerlo cada cuatro o cinco usos.
El hierro fundido soporta las altas temperaturas sin inconvenientes y aporta un sellado fantástico. Retienen el calor y lo distribuyen de forma pareja. Requieren de mayor mantenimiento que las rejillas de acero inoxidable, pero merecen el esfuerzo debido a las comidas increíbles.
Las parrillas de hierro fundido no son completamente lisas. No se recomienda utilizar papel absorbente ya que las fibras se adherirán a las rejillas, y nadie desea papel absorbente en su comida. Además, el papel absorbente es delgado e inflamable; en su lugar, utilice un cepillo de silicona para aplicar aceite.
Siga estos pasos cuando utilice las rejillas de hierro fundido por primera vez:
Lave las rejillas con agua jabonosa y un paño suave, séquelas con un paño y luego déjelas secar por completo.
Con aceite a alta temperatura que contenga alto contenido de grasas saturadas, como manteca vegetal, aceite de semillas de lino o aceite de canola, cubra por completo las rejillas, de ambos lados, con una capa delgada.
Gire la parrilla una vez más y caliéntela a una temperatura de 350 a 400 °F durante 30 a 60 minutos. Recuerde mantener la temperatura por debajo del punto de humeo de la grasa que utilice. Esto permitirá que el aceite se adhiera a la superficie de las rejillas para crear una capa protectora.
Después del curado completo
Se recomienda que siga estos pasos luego de realizar el primer curado y siempre que use la parrilla:
Encienda la parrilla en la temperatura máxima y déjela calentar mientras se prepara para cocinar.
Utilice un cepillo de latón para parrilla para barrer toda la suciedad de las aventuras culinarias anteriores.
Utilice un cepillo de silicona para bañado y aceite a alta temperatura, como aceite de semilla de lino o canola, para cubrir las rejillas antes de cocinar.
Mantenimiento periódico
Sugerimos que vuelva a curar las rejillas cada cuatro meses o una vez al comienzo y al final de la temporada de barbacoas. Esto mantendrá el acabado de las rejillas de hierro fundido y evitará la corrosión.
Limpie las rejillas con agua jabonosa y tibia. Inspeccione las rejillas con cuidado.
Retire toda corrosión superficial con lana de acero.
Permita que las rejillas se sequen por completo.
Con aceite a alta temperatura, como manteca vegetal, aceite de semillas de lino o canola, cubra las rejillas por completo de ambos lados con una capa delgada.
Encienda la parrilla y caliéntela a una temperatura entre 350 °F y 400 °F durante 30 a 60 minutos. Recuerde mantener la temperatura debajo del punto de humeo de la grasa utilizada, lo que permitirá que el aceite se adhiera a la superficie de sus rejillas.
La ciencia del curado
La aplicación de una capa delgada de aceite, como aceite de semilla de lino o canola, produce una cobertura antiadherente y protectora. Estos aceites a alta temperatura son de secado térmico y aplicarlos a alta temperatura provoca que el aceite se polimerice a las rejillas.
Curar las parrillas hierro fundido es una de las mejores cosas que puede hacer para extender la vida de su parrilla.